STEVIE WONDER: la forma más rocambolesca de pedirle un autógrafo
De aquel mayo del 92, lo que mejor recordaba era que empecé a salir con la que hoy es mi mujer. Sin embargo, tras la lectura de una entrada en Las Cosas de Boris , y la de Paulamule , revisé mi colección de autógrafos y entradas de conciertos y recordé una anécdota muy graciosa que me ocurrió por esas fechas. Estando aún estudiando Empresariales, acompañé a mi padre en un viaje de negocios a Valencia. Él era gerente de una industria de tueste y envase de frutos secos, y debía visitar una fábrica de material de envasado, proveedor habitual de la misma. La empresa que íbamos a visitar se encontraba en uno de los polígonos industriales de Valencia, y el director comercial se llamaba Ignacio Angoiti (descanse en paz), una de las personas con más ingenioso sentido del humor que he conocido. No recuerdo si fue el día anterior o el mismo día que llegamos, pero me enteré por la televisión o el periódico que esa misma noche actuaba en esa ciudad nada más y nada menos