AMALGAMA express

(c) foto Manolo.dj          Tomé esta foto en junio. Desde lo alto de la noria la vista es más o menos la de siempre. Ambiente festivo, gente por todas partes, luces en movimiento, ruido entremezclado con la brisa de las noches de verano. Todo el mundo sale en masa en busca de la necesaria diversión, y el batiburrillo de fondo se mezcla con las mil músicas procedentes de todas partes, tan lineales como el patrón que domina los gustos de hoy.         Sin embargo lo primero en lo que pienso desde esa altura es en la palpable FRAGILIDAD, acechando permanentemente a los humanos aunque no seamos muy conscientes de ello. Bastaría tan solo un cambio en el orden establecido y el caos haría de las suyas. Y motivos para estar incómodos, desde luego no faltan…         Pero en este perenne compás de espera, mientras los grandes poderes deciden nuestra suerte, los días  transcurrirán y el carrusel seguirá girando. Porque los feriantes viven de eso, y necesitan salir adelante; porque los ciudadanos

     Me gusta pensar que aquel concierto fue todo brillo, fiesta, elevada calidad musical por encima de mi apreciación personal, más allá de mi condicionado sentimiento en aquel día, intenso y delicado al mismo tiempo. La atmósfera del Starlite era la de las grandes ocasiones, máxime con el calor que aportaba la hinchada argentina, todos reunidos al reclamo de Fito. Pero insisto en que lo que allí se vivió definió por sí solo el elevado nivel, hasta proclamar  con todo rigor que ese inicio de gira en España fue todo lo que se esperaba de él… y un poco más.      Sin duda aquel lp llamado “El amor después del amor” editado en el 92 marcó un cambio de rumbo en la carrera de Fito Páez, pero a veces es necesaria la perspectiva del tiempo para poder apreciar aquello que es trascendente, para separar lo “bueno” de lo “muy especial”. Y ocasiones como esta gira brindan la oportunidad perfecta para coronar las grandes hazañas.      A la expectativa generada con el primer anuncio de tour mundial

      Fito siempre ha estado ahí, Nathy irrumpió con fuerza… y yo soy de los que saben esperar…      La gira “ El amor después del amor”  asomaba hace más de un año en el horizonte, y mis expectativas no podían ser más altas, pero Fito fue retrasando su llegada a España por motivos varios, entre otros los calendarios alterados en la época final del Covid. La recreación en vivo de este grandísimo álbum, que además en mi caso supuso el encuentro frontal (y visceral) con el Rock argentino, era una de las pocas cosas grandes a las que puedo aspirar en un directo, dado que muchos de mis grandes héroes musicales han pasado a mejor vida, los demás siguen (seguimos) cumpliendo años, y relevos generacionales de tanta calidad son poco probables…      Pero llegó la primavera y se anunció su llegada al Starlite de Marbella (mi enclave favorito para los conciertos veraniegos), como un prolegómeno de lo que iba a llegar en pocas semanas, pues también se estrenaba la magnífica serie en Netflix “ El a

     Reconozco que nunca me dio tan fuerte por el fútbol hasta que el pequeño Manolo empezó a centrarse él. De alguna manera él nació con el fútbol, sin duda escuchó desde el vientre de su madre, ya de cinco meses, aquel ¡GOL! que convertía a la selección de España en campeona del mundo, y que de alguna manera me reconciliaba con este deporte después de tantas convocatorias internacionales decepcionantes.      En mi infancia y juventud, el equipo local tampoco ayudó a que se forjara en mí una pasión fuerte por este deporte, pues tan solo conocí mediocres temporadas de un Granada CF que se sumía en derrotas y descensos de categoría, una y otra vez. Manolo sin embargo, nacido en 2010, se ha ido nutriendo de los mejores años de este club, con varias temporadas en Primera División y un magnífico debut en competición europea donde lució un papel muy digno.      El año pasado nos tocó bajar en la última jornada a Segunda División tras una temporada difícil en la que las cosas, por un margen

(c) foto Manolo.dj Instant-táneas de la calle hay dos tipos en la esquina uno hace una seña, el otro que se va. Hace frío en Buenos Aires música en los automóviles caen del walkman gotas de humedad…       No fue Buenos Aires sino Madrid, pero ahí estaba yo para captar el momento. La mañana era fría y luminosa, y el bullicio ante el edificio Capitol reclamaba mi disparo…     Instant-táneas… que surgieron como magia en aquel disco glorioso llamado La La La , y que hoy salen de mi cámara e inauguran una nueva sección. Sirva pues, esta de hoy, como homenaje a Fito Páez, que por algo cantó aquello de “ no sé si es Baires o es Madrid ”. Y es que, últimamente, el rosarino no para de rondar mi cabeza… Magistral directo junto al grandísimo Spinetta.

El cd “Jesus’ Blood” sobre un ejemplar detallado de imágenes de la Sábana Santa que traje de Turín en 2010, con motivo de una ostensión pública de la Síndone. Arriba a la izquierda algunas de las manchas de sangre que aún se conservan. (c) foto Manolo.dj                Viernes Santo. Vuelvo a la rutina de todos los años. En casa estos días de Semana Santa alternamos el descanso con la contemplación propia de nuestra forma de entender la Fe. Da igual que estemos en Granada o en la zona de costa visitando a los abuelos, hay tiempo para todo, y por la tarde no falta la asistencia a los oficios y las procesiones propias de estos días. Y en medio de este proceder, en algún momento del día, me hago aparte un rato y recupero la escucha de una obra musical extraordinaria, con dos autores de renombre, y que procede de una curiosa historia: Jesus´ Blood never failed me yet.      De modo que, como de costumbre en este blog, no me salgo de los patrones clásicos centrados en temas culturales, a pes