Kubrick fotógrafo
No puede decirse que el joven Kubrick fuese un buen estudiante, pero fue algo mucho más importante: un apasionado de aquello que le llenaba plenamente; y al principio no fue el cine quién ocupaba su esencia, sino la fotografía. La culpa la tuvo su padre, quien le regaló a sus catorce años una cámara con la que en poco tiempo comenzó a familiarizase. Es significativa la importancia que tienen este tipo de aficiones tempranas en la forja de un genio, y cómo muchas veces son los progenitores quiénes inculcan, o más bien descubren determinados rasgos personales que, bien dirigidos, suelen dar buen fruto en el futuro de los hijos. Así que este adolescente newyorkino comenzó a llevar consigo la cámara, experimentando y aprendiendo al mismo tiempo que captaba la esencia del día a día cotidiano. Pronto las calles de su ciudad fueron su campo de trabajo favorito y un día, pudo captar la siguiente fotografía: Se trataba de la desolado