Adrián Martín: hidrocefalia, música...y VIDA
Adrián fue un feto diagnosticado con hidrocefalia. Como tantos que hoy en día tienen automáticamente el consejo prescriptivo de ser abortados (y lo son, a cientos).
Hoy Adrián es un niño feliz que canta con una profundidad para erizar el bello de la piel. Y sobre todo, es feliz. De hecho, lo más bonito no es el cómo canta, sino contemplar el efecto que genera en él, la forma tan intensa de recrearse en esos minutos tan especiales.
La música para él es "un sueño". Y si feliz es él cuando canta, felices hace, hasta la médula, a toda su familia y a quienes se da a conocer. Vean y escuchen:
(y que conste que no me gusta el flamenco)
Su aspecto no puede esconder su enfermedad, y tampoco sus padres ocultan su lucha: numerosas operaciones, pruebas dolorosas, largas terapias y una evolución muy lenta. Y es que esa es la palabra clave: lucha.
La lucha que descartamos de un plumazo y que ciertamente evitamos al abortar a uno de estos pequeños. Nos conformamos diciendo que evitáremos sufrimiento, y nos atribuimos la potestad de quitar la vida basándonos en un pronóstico que, además, muchas veces es erróneo.
¿Y cuando no lo es, cuando ciertamente la enfermedad aparece? Bueno, aquí tenemos el resultado, se llama Adrián. ¿Habrá merecido la pena? ¿Nadie entiende que Adrián tenía derecho a vivir y a desarrollarse dentro de sus posibilidades? ¿Nadie ve que el esfuerzo compensó y colma hoy de felicidad a su familia, a pesar de los pesares? ¿Nadie se da cuenta de que Adrián es, y sobretodo... es feliz? ¿No se comprende que esta historia ha merecido la pena aunque Adrián pudiera no vivir muchos años? Y sobre todo... ¿Con qué derecho determinamos la "viabilidad" de un ser humano?
Canta Adrián. Canta y sé feliz, y sigue siendo regalo para los que te rodean...
Comentarios
Publicar un comentario
Anímate a comentar, haremos el blog más ameno y... SIEMPRE voy a contestar!!!