Ozelot: tan solo el principio…


Foto Manolo,dj
 
     Desgranando granadas a la par que ideas... No hay tarea más relajante ni premio más sabroso a su término. La fruta madura, en su punto; las manos encajando la fuerza precisa para separar la piel sin salpicar el dulce líquido; y el cuenco esperando recibir los granos rojos y brillantes, una visión que anticipa al cerebro el intenso sabor que acompañará a la degustación. De forma paralela voy desgranando conceptos, como múltiples piezas que se desprenden de mi cerebro; palabras e imágenes procedentes del mundo Ozelot que gravitan a mi alrededor. Y es que, después de muchas sesiones  escuchando temas procedentes de tan condensada obra, mi espíritu pedía un respiro para ordenar las ideas. Y así, la lúdica tarea con la fruta granadina se convirtió en una réplica de las sensaciones vividas.


(c) Imagen tomada del libro Ozelot

     Digamos entonces que no por casualidad, unos minutos antes, coloqué el ejemplar del libro “Ozelot” en uno de los estantes de mi librero. Le tocó compartir lado junto a Lucio Battisti, cerca de otros amigos como Spinetta, Tom Waits, Prince, Bowie, Caetano Veloso, Battiato…; no está nada mal para tratarse de un artista muy valorado pero no tan conocido, y al que, sin yo saberlo, tuve tan cerca. Desde que he dado con él, por mi cabeza han desfilado un sinfín de sensaciones que sólo se explican conociendo al autor de esta obra, una de esas historias que te atrapan al cien por cien por lo emotivo y por lo intenso del desarrollo de los hechos. Tanto es así, que en varias ocasiones he dado por concluido este texto y, sin poder remediarlo, he vuelto a editarlo para seguir añadiendo más y más argumentos, pues la imperiosa necesidad de compartir a Ozelot ha tomado el mando…


Foto Manolo.dj




OZELOT: LA OBRA Y EL ARTISTA

     ¿De quién hablamos entonces? Corresponde Ozelot al nombre artístico del joven Fernando Valero, vecino de la población de Albolote, apenas distante un par de kilómetros de casa; y sin embargo, por esas cosas del destino, no lo conocí en persona. La historia de Fernando ha hecho bastante ruido en redes y en la prensa local de nuestra provincia de Granada, pero yo tardé bastante en enterarme,  a pesar de que tenía algún contacto telefónico con su padre, Ángel Valero, por motivos profesionales. 

(c) Imagen tomada del libro Ozelot.

      A mitad de este verano, de repente alguien me habló de él, y recordé un enlace de Facebook enviado por su padre y al que no presté atención por el poco uso que hago de redes sociales. Encontré en dicho enlace un artículo de la clínica Vall d´Hebron donde se me anticipó todo lo que debía saber al respecto. Allí,  el doctor César Serrano, pionero investigador sobre el temido sarcoma (un tipo de cáncer incurable que incide de forma especial en población juvenil), se congratulaba sobre los beneficios que estaba aportando a la investigación sobre esta enfermedad la beca denominada “Fernando Valero”, sustentada fundamentalmente por la venta del libro Ozelot. Esta excelente compilación de la obra de Fernando, titulada como su pseudónimo artístico, presentada y encuadernada con un gusto exquisito, se ha convertido en el vehículo más adecuado para conocer tan emotiva historia y, de paso, para echar una mano en la financiación de tan importantes investigaciones (en la web www.ozelot.es se detalla cómo adquirir un ejemplar).
      Como ya podéis intuir, efectivamente Fernando fue diagnosticado con la dura enfermedad del sarcoma, y a lo largo de su proceso, nuestro protagonista fue desarrollando una intensa sensibilidad artística que fue plasmando en forma de canciones, escritos y dibujos, que se han recogido en este precioso ejemplar que ya va por la segunda edición. Se incluyen en el mismo muchos apuntes que Fernando dejó anotados en su cuaderno, las letras de todas sus canciones, cartas y notas de familiares y amigos, imágenes y dibujos de todo aquello que a él le gustaba, además de algunas entrañables fotografías y un cd que recopila todos sus temas.

     A continuación, os dejo un vídeo donde Patricia, hermana de Fernando, acompaña al doctor Serrano, y en el que se explican los fundamentos de las campañas de investigación sobre el sarcoma, y el aporte de Ozelot a la causa:




     Tras la lectura de aquel artículo, proseguí mi navegación por internet, donde me enteré del temprano pronóstico de Fernando, de su larga y valiente lucha contra la enfermedad, de su deseo de estudiar medicina (felizmente llevado a término), y entre todo ello… su deseo de saber más, sus lecturas y afanes, la búsqueda de todos los sentidos al sinsentido de la vida, plasmando todo ello en las grabaciones de numerosos temas de hip-hop.


INMERSIÓN

     De repente, en los primeros días de mis ansiadas vacaciones de verano, me vi sumergido en una vasta obra donde el conocimiento científico, la filosofía y la música se dan la mano para cuestionar la vida y sociedad actuales, todo un desafío que se vierte con valentía sobre una caja de ritmos o un sintetizador, sincronizados en una poesía realmente admirable. Conocedor como soy, aunque no experto, del mundo hip hop, venía semanas atrás congratulándome (con motivo), sobre el aporte de calidad a esta música de la mano de Shariff, artista ya consagrado en esta modalidad al que conocí gracias a mi hija Rocío (le debo una entrada a este momento, por cierto). Y mira por dónde, vuelvo a encontrar ahora en Ozelot características parecidas; y no solo desparpajo y facilidad para la rima, sino sobre todo, cultura. Y es que, para mí, esta es una gran clave en el aporte de excelencia a calidad musical, sea cual sea el género.

     Escuchar a Ozelot supuso entonces, no solo sumergirme en la denuncia social propia del género, sino encontrarme en sus letras con interesantes apuntes de filosofía junto a términos científicos que me eran familiares gracias a mis años de ávido lector. A la par que recordaba lecturas sobre obras de Carl Sagan, Arthur C. Clarke o Isaac Asimov, fueron aflorando como partículas en suspensión los más variados corpúsculos, designados bajo nombres como:

                   PANGEA                                     OMICRON                                  EVOLUCIÓN                                        EL CLICLO DEL CARBONO                          FERMIONES                         DIMENSIONES Y CUERDAS                   IMPULSO GRAVITATORIO                          DECADENCIA                               MUERTE         
                            ECOSISTEMA                                JERARQUÍA SOCIAL                    BIG BANG                  CAOS
 CREACIÓN                 FOTONES            EXISTENCIA          INMORTALIDAD          ENTROPÍA

        Y todo ello, insisto, ligado con una deslumbrante capacidad poética. 

     Alegría y dolor afloraron entonces a partes iguales. Mi persistente búsqueda de la belleza y nobleza del espíritu humano acababa de encontrar un filón, pero el joven Fernando nos dejó a principios de 2020 y perdí la opción de conocerlo en persona. Encontré mucha información conveniente ordenada en la propia web de Ozelot, pero la Providencia me reservaría un necesario encuentro con su padre, Ángel, a quien tuve el placer y dicha de conocer en persona a la vuelta del verano. Era el momento de ir a la fuente.


A la izquierda mi padre, en el centro Ángel Valero junto a un ejemplar de Ozelot, a la derecha, un servidor.
Foto Manolo.dj

      Aquel desayuno en Albolote, tuvo la presencia especial de otro padre, el mío, el cual se conmovió al conocer la historia de Fernando y quiso acompañarnos en aquel emotivo momento. Desde luego en momentos así el corazón de un padre se estremece, y ambos simpatizaron ante una historia tan especial como esta. Fernando se nos presentaba como alguien que con una entereza asombrosa había asumido la lucha que tendría que llevar a cabo a partir del diagnóstico de su enfermedad, con apenas dieciséis años, unas circunstancias especialmente difíciles para cualquier padre.
     Ángel nos habló con mucho orgullo de su hijo, dibujando un retrato que hablaba de nobleza y humildad, pero también de inteligencia y búsqueda sin descanso. En aquellos años de mucha lectura y estudio, a la par que se  encaminaba a su futuro como médico, tendría que afrontar mil y una pruebas médicas, altibajos en la salud según las etapas de la enfermedad, y al mismo tiempo, de una forma muy discreta, llegarían sus inicios en la composición  y grabación de canciones de hip-hop. Fue el momento de rodearse de amigos, de involucrarse en la creación de su obra, entrando cada vez más en el liberador mundo del rap, donde pronto comenzó a ser muy tenido en cuenta, hasta el punto de llevar a cabo dos actuaciones en directo. Cabe destacar que muchos artistas de renombre lo encumbraron como a uno de sus maestros, los mismos que hoy añoran su presencia y agitan a los mil vientos la bandera de su legado.


(c) Imagen tomada del libro Ozelot.

     Y en todo este proceso, como no podía ser menos, la familia jugó un papel importante, donde cabe destacar la colaboración de su hermana Patricia en la grabación de algunos temas, siendo especialmente emotivo el trabajo llevado a cabo en las ultimas semanas de la vida de Fernando, donde las fuerzas ya eran escasas en la dureza de aquellos días… 

      Sobre la calidad musical puedo hablar con propiedad indicando que estamos, en muchos de los temas, ante un artista de altísimo nivel. Aunque el punto fuerte sea el dominio del lenguaje y la capacidad para orquestar conceptos y ponerlos en contexto, esto no implica descuidos en la elección de melodías y la riqueza de ritmos. También es interesante el recurso a samples de alto nivel, con bases en ocasiones del pop y en otras incluso del R&B, así como la inteligente colaboración con varios Mc de calidad que no han hecho más que sumar puntos en la producción y resultado final.
      Las letras recurren con mucha frecuencia a la observación de los ciclos de la vida, tanto en la escala cósmica como en el día a día cotidiano. La incertidumbre de lo desconocido, especialmente el trance de la muerte, señalaron a Fernando el camino para la búsqueda de mecanismos de conocimiento que ayudasen a enmarcar estos misterios, a la par que ofreciesen una defensa para afrontar el duro camino que le esperaba. Y en todos estos conceptos que fue desarrollando, se vio en muchas ocasiones flanqueado por dos fuerzas antagónicas: la maravilla del Universo, y la aparición del mal con la llegada del hombre. Como en la vida misma, grandeza y miseria humana conviven en el devenir de los tiempos, tiempos sin duda convulsos y llenos de contradicciones, y la observación de las consecuencias reales sobre la vida del ciudadano común, sirvieron de acicate y caldo de cultivo para la denuncia social arraigada en muchas de las letras de Ozelot.
     
        Como un breve brochazo de algunos temas que me han encantado, destacaría la tremenda “Por qué existe algo en lugar de nada”, “Dysfunction of the system”, “Whatever”, “Only dreams”, “El ciclo del carbono”, “Minimalismo”, o la emotiva “El hombre de masa Cero”. 




EL LEGADO, APENAS UN COMIENZO…

     El tiempo transcurrió más veloz de lo esperado, y como describiría el propio Fernando, espacio y tiempo se plegaron como si todo hubiese transcurrido en un pestañear. Los años de lucha entre el primer diagnóstico y la hora de la partida parecieron fundirse en una lúgubre luz en aquel 23 de enero de 2020. Fue el momento de decir “hasta luego”, especialmente para aquellos que creemos en un reencuentro futuro con sabor a definitivo. Pero lo cierto es que, mientras tanto, la huella y el vacío que dejan personas como Fernando generan una herida lacerante. Ante este dolor el único analgésico está en contemplar la pasión y amor que él condensó a la hora de dejar a su gente cercana un legado con el que poder tenerlo presente, una línea de conexión que se desprende de este texto con el que se encabeza el libro: 

Os quiero, mamá, papá, hermana.
A mis familias, de sangre o no, en Albolote,
Huéscar, Salobreña y el resto del mundo.
Vosotros sabéis quiénes sois.
Mi bando es el de los que luchan contra la entropía,
pero mi lucha no es esa,
sino contra el sufrimiento gratuito.

     No llegué a conocerlo, pero lo estoy haciendo ahora mediante el testimonio de sus seres queridos y lo profundo de su obra. Apenas comienzo a asomarme a la antesala de su legado, donde uno solo de sus temas puede dar para estar toda una semana encontrando percepciones distintas: significados y sinergias semánticas que han ido encajando con una gracia particular bajo la batuta de la poesía de Ozelot. A veces los mensajes son cristalinos y directos, otras veces se esconden bajo un genial recurso literario o, simplemente, nos falta diccionario y cultura para llegar a captarlos. Pero todo se andará, el anzuelo está echado y funciona…
     Y así, degustando conceptos y disfrutando de sonidos y músicas, el desfile de ideas continúa. Necesito una pausa, sé que esto no ha hecho más que comenzar, aunque apenas he escuchado con detalle algo más de la mitad de sus temas, y tan solo he ojeado una pequeña parte de sus escritos. Algunos de ellos son tan inmensos que requieren de muchas escuchas y en cada una de ellas se captan matices distintos. 
     Quisiera haber encarrilado mil y una conversaciones con Fernando, y de hecho lo hago a mi manera. De fondo suena Bowie el alienígena, y le voy comentando mis puntos de vista sobre sus temas, nuestras muchas coincidencias, las motivaciones propias en aquellos aspectos en los que puedo tener una opinión distinta, pues mi concepción de las cosas comparte tanto la dimensión material como la espiritual... Y así, saboreando un buen café, la tarde se alarga a la par que disfruto de su compañía y le comparto mis lecturas, mis pasiones, mis músicas...

Disfrutando de Ozelot.
Foto Manolo.dj


     Sin duda le hubiese regalado un ejemplar de mi novela favorita (Marte rojo), si es que acaso él no la conocía, y así seguirían fluyendo temas diversos, como la colonización de futuros planetas, el reparto del poder y el orden de las naciones, el misterio de la llegada del hombre a la Creación, donde todo comenzó a complicarse al ser revestidos de conciencia y libertad…

     En fin, mucho por compartir, mucho por dialogar, y la eternidad por delante. Esta claro que asomarse al mundo Ozelot genera una expectativa y un cosquilleo inmensos, como le ocurre a los observadores que atisban el horizonte a la caza de nuevas estrellas. Y todo esto, amigos, es solo el principio…


Esperando a las Perseidas.
(c) foto Manolo.dj

Comentarios

  1. Que lindo descubrimiento el tuyo. Un luchador, alguien que nada vence y que tiene la fuerza de en una mal momento hacer cosas por los demás. Y te toca mas de cerca por esa cercanía con la gente que conoces, te llegó más profundo.
    Valoro tu sensibilidad, la de esos dos padres presentes en esa reunión y la del artista del que hablas. Ya me guardé el video para poder disfrutarlo y conocerlo en la calma de la noche, como se hacen para prestarles su debida atención.

    Gracias por este regalo Manolo, abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido JLO, mi primo de la amada Argentina. Me emociona ver que siempre está ahí, que compartimos muchas cosas, que valoramos casi todo de la misma manera…. Disfrutarás sin duda de la música y letras de Ozelot, en Spotify hay poco material, aunque en la web está todo, pero yo me encargo de hacerte llegar el legado de Fernando, eso es cosa mía. Abrazo grande, gracias por tus palabras siempre confortantes!!!!!!!!!!

      Eliminar
  2. Gracias Manolo, de parte de su hermana Patricia que soy yo. Me ha emocionado como escribes sobre el libro, sobre su música y sobre mi hermano. Que podríamos decir nosotros de él... Me falta vida y palabras para hablar al mundo de mi hermano. El es lo más grande que nos ha dado la vida. Y lo que el ha dejado en el mundo, la huella tan inmensa que ha transcendido no tiene nombre. Su obra y su libro es un regalo al mundo, quien sea capaz de ver el transfondo de todos los mensajes que el dejó. Es brutal como alguien tan joven sabia tanto de la vida. Gracias de corazón por tus palabras y este blog tan increíble que ya he compartido. ❤️🙏

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti Patri, ya sabe tu padre lo que me emocionó conocer la historia de Fernando, y me correspondía aportar algo, en la medida de mis posibilidades. Realmente encontrarme con Ozelot fue como entrar en un torbellino, no esperaba tanto conocimiento tan finamente ordenado para el fin compositivo, y créeme que he escuchado muuuuuuucha música y aunque el hip hop no es mi estilo favorito, pero me gusta bastante y últimamente lo estaba escuchando mucho. De modo que dedicar a tu hermano una entrada en mi blog se convirtió en prioridad.
      He tardado bastante en la redacción porque también he querido conocer con cierto nivel de detalle la obra de Fernando, más incluso por la necesidad de conocerlo a él, por la añoranza de esos cafés que me perdí en su momento. Pero créeme que ahora compartimos muchos ratos con buena música y conversaciones largas y desenfadadas (nuestras pocas discrepancias discurren también por la línea de la cordialidad y la escucha atenta del otro). Y así continúan los días, también con un interlocutor de lujo como es tu padre, a quien también intento acompañar con palabras de aliento para que se llene de esperanza. Tened confianza, el reencuentro está asegurado. Fuerte abrazo!!

      Eliminar
  3. Hola hermano, impresionante reseña, nos has paseado por varios lados: tu biblioteca, el encuentro con tus padres, el libro, el autor, otros ídolos de la divulgación como Sagan, Clarke y Asimov, y esa foto tan hermosa del final que toda vez que la veo me vuelve a impactar.
    Gran viaje por el mundo de Granada, la música, las artes, la ciencia...y por el cosmos también. Y la vida que siempre contiene a la muerte.

    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que sí querido Frodo. La vida contiene a la muerte por propia definición, pero contiene también tantas cosas… por ejemplo, lo mucho que me ha gustado tu comentario, la alegría de saber lo que das disfrutado con esta entrada, el poder dar a conocer a mi vecino Ozelot, el poner en contexto tantas cosas como sé que te gustan… y cierto que sabía lo de la foto final, tu favorita en una de mis selecciones de fotos anuales. Te esperaba amigo, y te agradezco tu presencia y fidelidad siempre. Abrazo desde el lejano norte, lo cruzaré algún día para bajar a saludar a unos cuantos queridos míos porteños… ¡seguro!

      Eliminar
  4. Interesante reseña, lo digo como un fiel seguidor del arte que dejó ozelot, ya casi 2 años de escucharlo prácticamente a diario.

    Lamentablemente descubrí sus obras cuando ya había fallecido, No soy de España y mis conocidos y amigos no saben de él. Pero siempre trato de compartir su historia y sus obras artísticas.

    Acabo de cumplir 17 años, y por consecuente constantemente estoy en un proceso de retroalimentación.

    Comparto un pensamiento que consiste en que "Nada obtiene más valor que lo inalcanzable, y que hace a algo más inalcanzable que la muerte? Nada, entonces ahí radica su riqueza."

    Un placer leer esto

    Saludos.


    Por cierto, me llamo Yankel Medina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, amigo Yankel. Yo llegué hace poco al mundo de Ozelot, y no me extraña que cause tanta fascinación su facilidad para encriptar conceptos complejos en la lírica del rap, desde luego se comprende que esto formó parte de su liberación sobrellevando su enfermedad al mismo tiempo que daba rienda suelta a sus pasiones. A seguir navegando!!!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Anímate a comentar, haremos el blog más ameno y... SIEMPRE voy a contestar!!!

Entradas populares de este blog

Charly García es Rock: la lógica del escorpión.

Ford Probe: belleza en peligro de extinción.