Èleor, Dominique A.

    

     Se me acaba este año, tan escaso de tiempo para escribir, sin haber mencionado este grandísimo disco que vio la luz el pasado mes de marzo. Bueno, sí hice referencia en una entrada del blog que remitía a un concierto emitido en directo con temas de este disco (ver aquí), pero lo que ahora toca es dejaros unas notas sobre esta joya del francés más en forma de los últimos años. Y es que, aunque con Dominique A siempre es diferente, lo que sí viene siendo una constante es la calidad y alto nivel de sus trabajos.

     Tras un abrumador Vers les lueurs, al que ya nos referimos de pasada con motivo de su última gira por nuestro país (ver aquí), esta vez Èleor, sin bajar la guardia, nos deja la sensación de no tener muchas palabras para definir este lp. En esta ocasión los arreglos de cuerda han ganado presencia en detrimento de los vientos, aunque guardando una estética sonora parecida. Desde al cabalgar alegre de Cap Farvel hasta la plácida quietud de L'ocean, pasando por la contundencia de Par le Canadá, todo en Èleor destila la seguridad y el ejercicio vocal dosificado por quien se sabe en la cumbre, y todo ello, de una forma pacífica, pausada, como quien ofrece un raro elixir en medio de un mercado atestado de vendedores de tercera.

     Y es que tal vez lo mejor de este disco sea no tener que acudir a comparativas de pareceres y discrepancias con otros discos de Dominique. Se sabe que es muy de él, con una cadencia y sonido muy específico que recuerda a toda su obra en conjunto, pero a ninguna en particular. Y esta vez, como en el anterior lp, con una producción que está a la altura.

    Bravo Dominique, lo hiciste otra vez. Hasta la próxima...