CAETANO VELOSO: un regalo llamado Meu Coco

     Curioso que hoy en día, cuando más medios tenemos para que las novedades lleguen casi inmediatamente a nuestras manos, me encuentre un poco perezoso para lanzarme a tanto material musical como va llegando. Le echo la culpa a esas agendas más cargadas que nunca, a esos tiempos personales que hay que compartir con todos y que nunca son suficientes; y por qué no decirlo, tal vez a esos 50 años que me han caído sin apenas darme cuenta y que no consigo asumir (sobre todo porque me veo genial…). 

     El caso es que el gran Caetano nos deleita con nuevo disco, lo cual ya es mucho teniendo en cuenta su dilatada carrera. Me tomo mi tiempo en una actitud perezosa, algo cansado desde el inicio de este otoño; ya hace casi un mes que Carlos me avisó del lanzamiento, y sin hacer grandes aspavientos ni lanzar campanas al vuelo, en ratitos sacados de aquí y allá, voy saboreando el desfile de ritmos y sensaciones. Todo sabe indiscutiblemente a Caetano, pero es cierto que lo que pueda encontrar de familiar también lleva el sello de quien se sabe distinto, innovador, ecléctico... y al mismo tiempo el de siempre.

     Entonces, como un cautivo al que le han robado la expresión, voy buscando palabras y no las encuentro; tampoco a priori el entusiasmo me envuelve, absorto más en la noticia del regreso del creador que en la propia obra: pero cuidado, esto es solo el principio. Pronto, van llegando sonidos familiares: por momentos suena a Tieta de Agreste, por momentos recuerda a Jorge Ben, de vez en cuando sonidos minimalistas o ritmos que evocan algunos temas de su etapa anterior, y entre medias hasta el fado hace su entrada. Sin embargo, para mí, la cuestión ya no es el análisis o la crítica, sino el disfrute. Y es que este disco requiere de una y otra escucha, de ir desgranando y deglutiendo la grandeza compositiva y la continua  búsqueda de este gigante que, a sus casi 80 años, nos deleita nuevamente. Es ese guiño imperecedero al tropicalismo, esa colaboración aquí y allá con aquel gran músico, o ese timbre de voz que parece eterno de tan cuidado y expresivo. 

     Para mí esa es la noticia, lo demás lo irán diciendo los críticos y "sabedores", aquellos que aun desmenuzando día a día la vanguardia de las nuevas músicas, acabarán, como yo, rendidos ante los muy grandes… grandes como Caetano. Y es que un disco de tan alto nivel a estas alturas, solo sorprende a los novatos, pero no a quienes conocemos bien al bahiano; ya se sabe, tipos de tan alto nivel hay pocos. 

    ¿Conclusión? Tan sencilla como buscar Meu Coco y dejarnos llevar… ¡Disfrutemos!

     PD: Ya era hora de que Caetano volviese a tener protagonismo en este blog, y no será por su culpa precisamente...