Amigos del alma: Ramón Vázquez del Rey

     Siempre he dicho que, si sumásemos las horas que compartimos con los amigos en la etapa adulta, nos sorprenderíamos de lo ridículo de la cifra. No hay más que ver cuántas veces coincidimos con algunos de ellos a lo largo de los años, y aunque es cierto que hay y a conexión y una presencia de vida, el tiempo compartido es siempre escaso. Por eso una celebración, un encuentro, es siempre un acontecimiento importante.

   Dentro de estos momentos, un 50 cumpleaños es una ocasión muy especial, tanto, que es frecuente que se celebre por todo lo alto con una fiesta multitudinaria que reúna a familia y amigos, amigos del alma que son los que quedan a esa edad.

     Ya hemos tenido por aquí a varios de esos amigos, con o sin cumpleaños, y al margen de mis homenajes a los bloggers queridos, por esta sección ya pasó Carlos, Joaquín, Dani, Cristian, y ahora le toca el turno a Ramón (bueno, le venía tocando desde diciembre, pero la vorágine del comienzo de año y el trastoque de ánimos por la guerra en Ucrania han jugado una mala pasada a mi actualización del blog). Y que nadie desespere que la lista nunca estará cerrada…

     Diciembre pasado comenzó con tan bonita iniciativa por parte de Blanca, su mujer, la cual fue concretando las semanas anteriores los detalles de la fiesta sorpresa, mucha tarea telefónica sobre todo, pues el matrimonio reside en Madrid desde hace años y la celebración transcurriría en la Granada natal de ambos.

     A los múltiples factores a tener en cuenta para estos eventos, se añade la singularidad del lugar de celebración, un famoso emplazamiento a los pies de La Alhambra llamado Camboria, en pleno corazón del Albaicín granaíno, pero sin duda alguna el mayor mérito por parte de Blanca fue conseguir que Ramón asistiese al célebre lugar sin tener ni idea de lo que se le venía encima.

Con mi mujer, Asun, y otra pareja de amigos: María y Alberto.

     En casa la invitación fue recibida con tremenda ilusión, al punto incluso de modificar las fechas de un viaje que ya teníamos programado, pues la ocasión lo merecía. Y es que, aunque nos hayamos visto en pocas ocasiones en los muchos años que han transcurrido desde que viven en Madrid, tal y como él mismo dice, “da igual”, es decir, la conexión y sensación de cercanía es muy elevada. 

     El día señalado llegó y la climatología se portó fenomenal, luciendo un día soleado que acompañó toda la velada. Gracias a una ajetreada carrera en taxi por lo restringido del tráfico en la zona, conseguimos llegar a tiempo y pudimos tomar un sitio privilegiado a la espera de la llegada del anfitrión, expectantes todos por ver la luz de su rostro sorprendido. Mientras tanto, saludos efusivos a familiares y amigos, conocidos algunos de ellos, mientras los deliciosos aperitivos abrían apetito en lo que iba a ser un día señalado.

     También fue una ocasión para darle vidilla a mi cámara, pues aunque la luz no era la mejor, el entorno ofrecía un atractivo irresistible.

Blanca, en el centro, disfrutando de Ramón y el resto de invitados. 

     Tras el efusivo encuentro con Ramón a su llegada, la celebración tomó su sentido pleno, y la jornada se llenó de abrazos y sonrisas, mientras el entorno privilegiado con las vistas únicas de Granada enmarcaba la jornada a ritmo de buen flamenco.

“Los tres tenores”, en palabras de Ramón.

     Fue una alegría ver a tanta gente querida para él disfrutando de su cumpleaños, entre ellos sus hijos, además de saludar a sus familiares y conocer a muchos de ellos; pero sobre todo lo más emotivo fue ver a Ramón tan feliz. Compañero de clase desde pequeños, y escudero privilegiado en aquel primer concierto de Prince, siempre hemos estado muy unidos a pesar de la distancia, y como suele decirse en estas ocasiones, los años han pasado como si nada. 

     El día pasó veloz y llegó el momento de partir, pero la fiesta siguió con muchos afortunados que pudieron continuar en tan grata compañía. Gracias Blanca por habernos tenido en cuenta, y gracias Ramón por ser como eres. Felicidades pues… ¡y que cumplas muchos más!

(c) todas las fotos, manolo.dj