Re-escuchando discos: Abre (Fito Páez)




     Recuerdo este disco como muy lejano, no obstante ya hace 20 años que se publicó. Fue uno de los que regalé a mi amigo Carlos Hódar en el lote que conformó su regalo de bodas (nuestros regalos son eso: música, libros, joyitas enmarcadas para colgar en pared...). Fito Páez era uno de nuestros imprescindibles en aquel universo músical que configuraba nuestras escuchas habituales; desde que entrase con tanta fuerza con aquel “El Amor después del Amor” (año 92), fueron muchas las pesquisas para conseguir material adicional de este y otros artistas argentinos.
     Tras esta joya fuimos consiguiendo lp’s  anteriores a través de algunas importadoras y, de vez en cuando, llegaba alguna publicación nueva que acogíamos con gran entusiasmo, pero fue una época de producción intermitente la Fito. “Circo Beat” (1994), aunque diferente, fue la prolongación natural de “El Amor...”, y estuvo a la altura con semejante precedente, pero luego siguió el fiasco de venir a grabar con el paliza de Joaquín Sabina (es mi opinión claro), aventura que no salió bien como todos sabemos. Su posterior negativa a grabar un unplugged para MTV (tan de moda en aquellos años), fue suplida con la publicación de “Euforia” algún tiempo después, el cual nos dejó un buen sabor de boca; pero ya estábamos en el 99 y hacía tiempo que esperábamos algo nuevo de estudio. Y así, con esa expectativa, llegó “Abre” a punto de comenzar el siglo XXI.
     El disco nunca defraudó, pero me quedó siempre la sensación de no ser un lp “redondo”. A pesar de contener innegables joyas, algunas de las cuales quedaron como insuperables, no fue un disco que escuchase con gran entusiasmo de principio a fin, pero a todo le llega su tiempo, y ha sido recientemente cuando he reparado en la grandeza de un trabajo que lo tiene todo como para ser un disco imprescindible en la carrera de Fito; comentando al respecto esta misma mañana en un café de diez minutos, Carlos me comentaba que este fue sin duda el último gran disco de Fito Páez.




DESGRANADO ABRE

     El comienzo con el tema del mismo nombre te pone en antecedentes de lo que será un disco vital, lleno de guiños a la vida e ilusiones de juventud que deben ir prolongándose. Dedicado a su hijo Martín, la frescura de “Abre”, con ese organillo Hammond de fondo y esa elegante batería, te preparan a un viaje de luz y esperanza.

     Seguimos con el contundente “Al lado del camino”. Poderosa guitarra y letra autobiográfica que se enrolan sobre la base de cuatro sencillas notas de piano. Expresiones de entusiasmo en un Fíto que cuenta algo de sus miedos y vivencias,  mientras todo apunta hacia una apuesta arriesgada por la vida.



     “Dos en la ciudad” se me antoja en mi lista personal como una de las mejores canciones de amor que he escuchado y mi favorita de Fito. Además, no hablamos de un amor perfecto, historiado y empalagoso, sino de un encuentro casual con un viejo amor que resurge de las cenizas, todo en un precioso fin de semana, no se sabe dónde...  Letra insuperable, canción redonda donde las haya, clásico (¡ y necesario !) punteo de guitarra, una contundente línea de bajo que guía el tema con maestría, y un elegante toque de metales para enmarcarlo todo en el momento preciso. Mi favorita sin duda.


  
      “Es solo una cuestión de actitud” es puro rock marca Fito, y de nuevo, una invitación a ser valiente a pesar de las adversidades.

     Llegamos a “La casa desaparecida”, un macrotema monumental, gigante. Un recorrido por la historia melancólica de una Argentina que lleva en sí la herida de la guerra y sus propios avatares vitales, en busca de un destino incierto. Dramática y limpia, rotunda como la misma realidad que a veces se reviste de gloria y otras se mancha con la bajeza más ruín... condición humana anclada en la idiosincrasia de este pueblo tan querido. No te dejará indiferente: ni el ritmo contundente, ni la letra demoledora, ni el melancólico bandoneón que se cuela de manos del gran Néstor Marconi. Son este tipo de detalles en los que  se aprecia la gran producción que ha acompañado al trabajo de grabación de este lp que suena de maravilla...

     Toque folclórico con la preciosa “Tu sonrisa inolvidable”. Historia de almas separadas en el tiempo que se reecuentran muchos años despúes en un frío Madrid. Acertadísima canción bellamente interpretada por un Fito que, en este lp, canta muy, pero que muy bien.

     “Desierto” es un tema diferente, extraño, hipnótico. Un viaje alucinante de difícil orientación, es decir, no se sabe bien de qué va, pero te transporta indudablemente a pesar de alguna frase poco acertada. Una pieza no prescindible en este lp, y que da un toque ecléctico a la obra en conjunto.

     “Torre de cristal” es un regreso a la psicodelia Beetle, esa que tanto ha influido en numerosos artistas y que a mí, particularmente, no me atrae nada como fuente en sí, pero cuyos resultados en otros no puedo despreciar. Tal vez por esta visión mía este tema me resulta algo prescindible, pero tampoco puedo sentenciar que suponga un bajón en la calidad del disco. Es una sobria y bonita canción que se desliza fácilmente y a la que no puedo ponerle ninguna pega. Un paso más en este disco que avanza...

     “Habana” es una joya donde el mambo, el son y el tango, como dice la canción, se funden de manera excelente, elegante y precisa. Una maravilla de esas que dejan siempre buen sabor de boca. Particular homenaje a una cuidad que tampoco puede escapar del peso de la historia, tan unídas como están su ubicación y arquitectura a las miles de vidas que han desfilado por sus calles. Simplemente magnífica.

     “Ahí voy” es una historia de historias, de gente que toma su decisión y se lanza, con buen o mal resultado. ¿Una invitación a la reflexión?, tal vez... Un poco lenta en su desarrollo, me parece un tema algo prescindible, tal vez el que más, aunque no puedo negar que tiene un toque pop de los que a todo el mundo engancha; no sé, tal vez me estoy volviendo muy exigente...

      “La despedida” es uno de mis temas favoritos del cantante rosarino. Elegantísima base melódica de piano (¡ojo, eso en Fito no es tan fácil, a veces es un poco pesadido con este instrumento!), nos narra la historia de una ruptura que no parece tener claro el motivo. Su toque dramático casi como de película, se desliza irremediablemente hacia la justificación de un amor que se acaba, como diría todo el mundo, porque “la llama se apagó”; tal vez por eso, porque nos sirve en bandeja una respuesta cómoda que no invita al esfuerzo por salvar la situación, resulta inconscientemente atractivo está la letra de este tema.  Magnifica también musicalmente, imprescindible,  para mí , podría haber sido el broche de oro del lp.



    Sin embargo, Fito decide cerrar con “Buena Estrella”, otra invitación a la ilusión y confianza en el devenir de este siglo que comienza. Mucho pop y coros femeninos para endulzar un buen tema, sin más.

     Y al final, como con los discos que dejan buen sabor de boca, quedan ganas de servirse otra copa y volver a darle al play... grande Fito...






     

     

Comentarios

  1. que bueno una entrada de Fito! me alegra eso... y aunque no lo creas a muchos nos pasó lo mismo que a vos, dejamos de lado por un momento su discografía y cuando volvemos la encontramos mucho mejor que lo que pensábamos... a mi me pasó con "Confia" que es posterior a éste... vas a ver cuando lo hagas...

    no recordaba tampoco que tuviera tantas canciones y muchas buenas, a veces a Fito lo escucho fragmentado y ya no se de donde es cada canción ja... me sorprendió eso...

    Madrid siempre presente en su obra y aunque nunca me gustó Sabina ese disco a dueto si lo hizo, me parece que ahí con la música de Fito acompañando es soportable el español jaja... "Lázaro" es mi canción preferida...

    Bueno, contento con tu entrada creo que hoy voy a escuchar a Fito en tu honor, abrazo grande!

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    Respuestas
    1. Hey!! Qué bueno tu comentario!! Me ocurrió que a partir de este disco fui encontrando a un Fito más irregular. El disco “Rey Sol” no me gustó y desde entonces siempre tengo la misma sensación: en cada disco nuevo encontrare algunos magníficos temas, pero será difícil hallar esa unidad y calidad regular (tal vez la excepción sea “Naturaleza Sangre”).
      Confiá” apenas lo escuché, tendré que tomarlo más en serio pues. Y con Sabina, nunca me gustó, pero ciertamente ese disco debe tener cosas buenas, algún día lo intentaré!!!
      Fuerte abrazo amigo!!!

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