Charlotte Kitley: amando la vida.





    Dedicaré algún día una entrada al mundo del blogero, una preciosa forma de ocupar el tiempo, que se debate entre la pasión por escribir, el anhelo de compartir, y en ocasiones la profesión de periodista. Pero no será hoy, hoy me detendré en Charlotte Kitley.
     

     Nuestra protagonista, incansable trabajadora y escritora en un blog del diario británico The Huffinton Post, tuvo que convertirse también en una incansable luchadora en la batalla contra el cáncer, a la postre convertida en una dura batalla contra el tiempo. Esta madre y esposa ejemplar, un buen día, escribió lo siguiente:

     "Tengo 35 años, soy una simple mamá de dos chiquillos magníficos de 3 y 5 años de edad, propietaria de un perro labrador negro desobediente, y esposa de un marido muy comprensivo y paciente. Supuestamente escucho demasiado "Take That", puedo preparar unas sencillas magdalenas, y soy una entusiasta y testaruda bailarina.
     En 2012, la vida tomó un giro inesperado y, de forma muy inconveniente, me diagnosticaron cáncer de intestino en etapa 4. Después de mi diagnóstico, he tenido unas cuantas operaciones, 25 sesiones de la radioterapia y más de 30 de quimioterapia. Aunque médicamente ahora estoy en el grupo de pacientes de cáncer "controlados pero sin cura", estoy decidida a vivir la vida de la forma más normal y plena que me sea posible.
     Así que he decidido tener una vida bien ocupada; aprendiendo nuevas y variadas habilidades como globoflexia, pesca, la fabricación de chocolate y muy pronto, aprender a pilotar un helicóptero. He disfrutado de momentos preciosos, incluyendo la enseñanza de mi hijo a esquiar y contemplar a mi hija encontrándose con su heroína, Belle, de la Bella y la Bestia.
   No paro de tener problemas con mis médicos por "hacer demasiadas cosas". Este año he estado esquiando, haciendo buceo, ciclismo, senderismo, kayak, vela, natación con delfines y completando una marcha solidaria de 5 kilometros a pie el día después de ser desconectada de mi máquina de quimio ( ¡ese día necesité una buena mentira como excusa! ).
     Cuando me levanto, siempre hay una sonrisa en mi cara y por lo general un desastre al acecho alrededor a la vuelta de la esquina. Pero con la amor y sonrisas, se soporta casi todo risa y el amor, tenemos a través de la mayoría de las cosas - incluso la rotura de mi bolsa de colostomía en el centro WH Smiths (sí, ¡de verdad!) antes de coger un vuelo, no logró disminuir mi ánimo.
     La vida es para vivirla y yo estoy en ello (bueno, ¡preferiría no estar gastando tanto tiempo en el hospital!). Estoy aquí para inspirar a otros que han sido "dados de baja" y alentarlos para que nunca renuncien a vivir su vida. Podéis ir siguiendo mis aventuras en www.lifeasasemi-colon.blogspot.com.es."


     Gran contraste éste con noticias que nos llegan continuamente sobre actitudes totalmente opuestas, que incluso alentan al suicidio asistido a personas que aún tienen, cuando poco, varios meses de vida por delante. No lo digo a modo de crítica, pues enfrentarse a una enfermedad terminal debe ser terrible en muchas circunstancias, pero sí es cierto que la actitud de coraje o de desesperación son diametralmente opuestas a la que nos ofrece esta valiente escritora de blog.
     Charlotte no tiró la toalla, luchó contra pronósticos fatalistas a pesar de saber que la apuesta era arriesgada, pero lo más importante es que, mientras tanto, se ocupó de ser feliz y de hacer felices a los suyos, y se brindó como una fuente de alegría y entusiasmo para hacer más fácil el tránsito por la enfermedad a otros que están en la misma situación.

     Su blog comenzó teniendo no muchas visitas y casi ningún comentario, pero la cosa fue cambiando poco a poco. Encontramos entradas donde habla de las distintas circunstancias que van apareciendo en su particular via crucis, y su forma de afrontarlas. Algunos de sus títulos:

* Mis reglas para luchar contra el cáncer.

* La niebla se va disipando...

* El poder de las palabras.

* ¡En bici!

* ¡Porque para eso están los amigos!

* La vida está llena de sorpresas

* ¡Quimio, aquí estamos de nuevo!

* Un esfuerzo olímpico.

* El sueño americano.

* La chica de platino conquista los cielos

* Tiempo para el plan c.

* Pelo hoy, nada mañana.

* ¿Alguien quiere un perro?






      No estamos hablando de cualquier cosa. Hay capítulos difíciles en esos días especialmente duros donde el dolor y la debilidad van ganando terreno; es tremendamente emotiva la lectura de la entrada publicada con motivo de su 36 cumpleaños, en la que hace un pequeño resumen de todo lo que la vida le ha regalado en ese año "extra" con el que casi no contaba cuando comenzó los tratamientos. Era su penúltima publicación. A partir de ese día las cosas fueron empeorando...

     Unos días después, escribió su última entrada, y la dejó preparada par que su marido la publicase el día de su muerte. Titulada "todo llega a su fin", fue el 16 de septiembre cuando vio la luz, a pocas horas de haber fallecido Charley.
     Estremecedor imaginarla frente el teclado, débil, atiborrada de morfina, consciente de lo que le tocaba afrontar en cuestión de días, pero con una gran claridad de palabras y preciosos consejos ofrecidos a todos; de forma especial a los que, gozando de salud, a veces desperdiciamos la vida perdidos en mil tonterías egoístas y pueriles.

     No dejéis de leerlo. Es toda una lección de vida.



     TODO LLEGA A SU FIN


     Siempre he planificado bien las cosas. Me gustan las listas y las planillas, las notas con lo que tengo que hacer y los objetivos. Soy muy buena emprendiendo, pero, sinceramente, también me aburro con facilidad y pierdo el interés cuando la emoción inicial se pasa.
     No he tenido el privilegio de poder aburrirme del cáncer. No es algo que puedas dejar sin más si no te apetece ese día. No existe un botón que puedas apagar de un día para otro. Al menos, no para mí. Desde mi primer día como paciente de cáncer he asistido a todas las pruebas, citas y consultas. He probado todos los tratamientos posibles, desde las terapias médicas habituales hasta el requesón con aceite, la acupuntura y el zumo de col. El cáncer se ha convertido en nuestra vida. Vacaciones, cortes de pelo, clases de helicóptero... Todo ha estado planeado en torno a fines de semana buenos o malos por la quimioterapia. Danny y Lu, inocentes e inconscientes espectadores, han pasado su infancia protegidos, pero también dictados por mis diversos regímenes. Esto es lo único que han llegado a saber, pero espero que se las apañen para seguir siendo unos niños tan buenos, satisfechos y amados.
     La inocencia de la que les hemos protegido se ha tenido que manifestar ahora. Después de mi cumpleaños, empecé a sentirme indispuesta. Fuimos al hospital que lleva mi seguimiento. Por desgracia, al hacerme un nuevo escáner, los resultados fueron devastadores. Ya no contábamos con el plan de acción mes a mes con un par de meses de regalo al final. Me dieron unos días de vida, con suerte un par de semanas. Se suponía que no podía irme del hospital, pero, de algún modo, me las arreglé para salir de ahí en el último momento y volver a casa a pasar el poco tiempo que me queda con mis queridos hijos y marido.
      Mientras escribo esto, estoy sentada en el sofá, relativamente sin dolor, y ocupada con mis pequeños proyectos, arreglando el funeral y vendiendo mi coche. Cada mañana nos despertamos agradecidos porque puedo achuchar y besar a mis bebés.
     Cuando leáis esto, yo ya no estaré aquí. Rich estará intentando mantenerse en pie, intentando comprender algún día en algún momento que yo no volveré a despertarme a su lado. Me verá en sueños, pero con la brutal luz de la mañana descubrirá que la cama está vacía. Sacará dos tazas del armario, pero se dará cuenta de que sólo tiene que preparar un café. Lucy pedirá que alguien le alcance la caja de los coleteros, pero no habrá nadie que le trence el pelo. Danny habrá perdido uno de sus policías Lego, pero nadie sabrá exactamente ni dónde está ni dónde buscarlo. Vosotros iréis a ver la última actualización del blog, pero no habrá ninguna más. Éste es el último capítulo.
     De este modo, voy dejando un agujero injusto, cruel y sin sentido, no sólo en Halliford Road, sino en todas las casas, pensamientos y recuerdos de otros seres queridos, amigos y familias. Lo siento mucho. Me encantaría estar con vosotros, riendo, probando un nuevo alimento milagroso, diciendo tonterías de las mías. Tengo mucha vida por vivir, pero sé que no podré. Quiero estar presente para mis amigos y saber cómo les va la vida, quiero ver a mis hijos crecer, y quiero hacerme vieja y gruñona con Rich. Pero todas estas cosas se me niegan.
     No obstante, a vosotros no os las están negando. Así que, en mi ausencia, por favor, por favor, disfrutad de la vida. Cogedla con las dos manos, agarradla, agitadla y creed en ella cada instante. Adorad a vuestros hijos. No tenéis ni idea de lo privilegiados que sois por poder gritarles cada mañana para que se den prisa y se laven los dientes.
     Abrazad a esa persona que queréis y si no os devuelve el abrazo, encontrad a alguien que sí lo haga. Todo el mundo se merece querer y ser querido. No aceptéis menos. Buscad un trabajo que os guste, pero no os hagáis esclavos de ello. Al final, en la lápida no pondrá "ojalá hubiera trabajado más". Bailad, reiros y comed con amigos. Las amistades verdaderas, fuertes y sinceras son un privilegio y una elección que tenemos que hacer, no como la lealtad que debemos mostrar por un vínculo sanguíneo. Elegid sabiamente a vuestros amigos y queredlos con todo vuestro amor. Rodeaos de cosas bonitas. En la vida hay muchas sombras y mucha tristeza; buscad ese arcoiris y enmarcadlo. Hay belleza en todo. A veces sólo hay que esforzarse un poco más para verlo.
     Esto es todo por mi parte. Muchas gracias por el amor y la simpatía que me habéis mostrado con pequeños gestos en los últimos 36 años. Desde las niñas que, con seis años, me empujaron a las ortigas, hasta los viudos que en la última semana me han contado lo que sus mujeres hicieron para preparar a sus hijos y a todo el mundo. Ellos, y todos vosotros, me habéis ayudado de alguna forma a convertirme en la persona que he sido.

     Por favor, haced que todo este amor por mí pase ahora a Rich, a mis hijos, a mi familia y a mis amigos íntimos. Y cuando cerréis las cortinas esta noche, buscad una estrella: seré yo, mirando hacia abajo, con una piña colada y una caja de bombones (de los caros) en la mano. Buenas noches. Se despide, Charley xx

Comentarios

  1. me gustó la entrada por todas las llamadas lecciones de vida que da, la fuerza y el ejemplo de esa mujer es evidente y constructiva, pero es muy triste la historia como para profundizarla... gracias por hacérmela conocer entonces....

    me gustó también tu idea de escribir sobre eso que nombras al principio, se vienen las fiestas.... espero que tengas tiempo para hacerla! ja... salu2 master...

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    1. Tremenda historia eh? Pero toda una lección...
      Queda pendiente la entrada sobre el mundo del bloguero! Abrazo primo!

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  2. Me he quedado de una pieza al leer tu entrada. Una historia de lucha increíble. Tan triste.
    No dudo en visitar su blog y dejar otra muesca...
    Gracias Manolo, eres grande.
    Un abrazo.

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    1. Gracias por pasar por aquí! Solemos huir a veces de historias tan duras como ésta, pero en esta vida no todo es de color de rosa ni dura para siempre. Aprovechemos lo bueno mientras dure... Abrazo!!

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  3. Gracias por mostrar esta historia ....
    Nos deja un sólo mensaje que abarca todo
    Vivir la vida !!! Cada segundo ,caga minuto darle sentido y sin sentido , pero vivir !!

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    1. Gracias a ti por tu lectura y tus palabras! Gracias por pasar por aquí!!

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