José Sazatornil, "Saza"

 

   No deja de ser curioso que de vez en cuando haga un homenaje a algún actor o actriz, y eso que nunca he ocultado mis escasos conocimientos en materia de cine. Y para ello tengo dos explicaciones:

     La primera es que mi homenaje es hacia la persona, que siempre es mucho más que su obra. La segunda reside en mi determinación de ir poco a poco explorando este apasionado mundo del cine, e intuyo que el cine español será un gran protagonista.

      En este caso, José Sazatornil siempre fue un actor que me cayó bien, con un físico muy característico que le influyó para ir siendo encasillado en personajes cómicos, y con un encanto especial en sus interpretaciones. 

     Tras un tiempo sin saber mucho de él, hace poco encontré esta revista en la consulta del dentista, y disfruté mucho con su contenido:


     En el semanario me encontré con un Saza ya muy afectado por el Alzheimer, pero que conservaba un porte distinguido y una extraordinaria sonrisa. Vestido muy elegante, apenas podía más que saludar, siendo paciente testigo de la conversación que sus familiares mantenían en su lugar con la periodista que hizo el reportaje.
    Recuerdo los datos esenciales de su biografía; un barcelonés de familia de clase media nacido en 1925, aficionado al teatro desde muy joven (representó una obra cada semana durante siete años), lo que le dio un bagaje muy amplio, centrado casi siempre en papeles cómicos. En lo personal, discreto y alejado de bullicios y folclore mediático, conservando un halo de cercanía humana y cierto misterio incluso entre los que lo conocían bien...
     Afortunadamente, he podido encontrar el la web el contenido de dicha publicación (ver aquí).


     Una vez que llegó al cine, estuvo siempre bajo la tutela de los mejores directores del país, y gozaba de un tremendo reconocimiento por parte de crítica y público. 
     Su omnipresente desempeño de papeles secundarios no le impidió tomar el papel protagonista en muchas obras teatrales al final de su carrera (que se prolongó hasta 2006), así como otros registros escénicos, e incluso creó su propia compañía. 
     Recibió numerosos premios por su excelente trabajo, siendo el más sonado el Goya recibido en 1989 por su papel en "Espérame en el cielo", a las órdenes de Antonio Mercero.


     Películas como "La escopeta nacional" o "Amanece que no es poco", permanecerán como testimonio de su dilatada trayectoria como actor. Así lo comentaba un emocionado José Luis Cuerda esta mañana en una entrevista radiofónica con motivo de su fallecimiento esta madrugada.

     Descanse en paz.

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